La producción del “Ari-rrulim” de Aristócrata es totalmente artesanal y este domingo 1 de agosto saldrá a la venta de la mano del diario EXTRA. La tradición paraguaya es tomar carrulim cada 1 de agosto para espantar el mal. Aristócrata siempre hizo degustación, pero desde el año pasado decidió envasar.
“Es una mezcla de caña, ruda y limón. No tiene aromatizantes”, dijo la presidenta de Cañas Paraguayas (CAPASA), Lic. Ramona López.
Saldrá a la venta a un costo de G. 5.000 cada petaquita y a G. 4.000 el diario. El año pasado vendieron 10.000 unidades y este año la meta es superar esa cifra.
“La caña paraguaya es la más deliciosa de todas. Hay embajadores que suelen visitar nuestro local para llevar nuestros productos”, refirió López.
Triplicó la venta
CAPASA triplicó sus ventas el año pasado en plena pandemia, destacó Vanesa Irigoyen, jefa de Ventas.
“Había gente que decía que tenés que tomar un traguito de nuestra caña para que el virus no avance y nos vino bien”, afirmó.
Desde que se cosecha la caña dulce pasan al menos cinco años de estacionamiento para llegar al consumidor en los productos añejados.
El producto estrella es la caña de Etiqueta Azul de 12 años de añejamiento y la Reserva de 16 años que tiene pico dosificador, como los de los whiskies.
“Tiene un sabor diferente, así como los que vienen en barrilitos”, comentó.
Trayectoria
CAPASA tiene cerca de 80 años de existencia. En sus inicios se llamaba APAL, hasta que en 1990 se privatizó.
“En el interior es conocido como la Parapití, pero en Asunción es una innovación, los jóvenes llevan para hacer tragos”, mencionó Irigoyen.
Da empleo a 200 personas, sin contar los trabajos indirectos que genera en los cultivos de caña dulce.