25 abr. 2024

“Yo sí quiero vacunarme, porque extraño a mis hijos, sobrinos, nietos y bisnietos”

Con la viva ilusión de poder visitar de nuevo a sus parientes, la doñita de 99 años se aplicó la vacuna.

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El equipo de vacunadores llegó esta mañana a su casa para aplicarle.

A 260 km de Asunción llegó hasta Yegros la tan ansiada y esperada vacuna contra el coronavirus. La misma por la cual muchos pagan millonarios viajes a Estados Unidos para aplicarse y así contrarrestar el riesgo de contraer este virus que está enlutando a tantas familias.

En Yegros, la población empezó a sentir temor cuando las víctimas del virus eran personas conocidas, cuando los fallecidos eran del pueblo, y al igual que todos, la esperanza se empezó a gestar alrededor de la bendita y esperada vacuna, que parecía tan lejana.

Cuando las noticias hablaban de que las vacunas llegarían a las personas mayores de 85 años y también en el interior del país, la más longeva de Yegros, Sara Rojas, sintió esperanzas y una suerte de alivio, porque aunque esté a punto de cumplir 99 años, ella aún tiene ganas de volver a pasearse con sus nietos, bisnietos.

Le encanta subirse de copiloto e ir a los alrededores o al cementerio del pueblo a visitar a su hijo y a otros familiares, o también viajar hasta la capital aunque dice que ya no está para viajes largos. No le desagrada la idea de ir a visitar a su hija que no puede movilizarse como ella lo hacía sola hasta hace pocos años o a tomar lo que más le gusta: helados. “Yo sí quiero vacunarme, porque extraño a mis hijos, sobrinos, nietos y bisnietos”, dijo cuándo fue consultada si se animaría a hacerlo.

Sara Rojas es un símbolo para su familia, un ejemplo de cómo encarar la vida. Sus nietos dicen que quisieran tener su carácter porque es eso la que la mantiene así. Ella siempre le busca a la vida los ángulos positivos, ve lo mejor de cada persona siempre, y nunca encara las cosas con una actitud negativa. Siempre es muy agradecida con las personas y con Dios por un día más.

Además de repetir todos los días que ama la vida, ella a pesar de muchos golpes ya que le tocó enterrar a dos yernos y a su hijo menor con quien ella pasaba el mayor tiempo, nunca conoció la depresión. Cree que todo está en nosotros mismos y en la Fe puesta en Dios.

Con la esperanza de que este virus no toque sus puertas y la ilusión de volver a reunirse con toda su parentela no dudó un instante en aplicarse la vacuna. Previamente, sus familiares consultaron vía telefónica con su médica de Asunción (quien le salvó la vida hace algunos años), la Dra Carmen Montiel, y también con su médico de cabecera de Yegros, el Dr. Narciso Roa. Con entusiasmo y apego a la vida, esperó al equipo de profesionales de Fulgencio Yegros que recorre las casas (previo agendamiento) de las personas mayores de 85 años y que tienen ya cierta dificultad de movilidad.

El Dr. Derlis Dávalos, quien lidera el equipo de vacunación, llegó hasta el domicilio de doña Sara este jueves, y repitió varias veces que es admirable la actitud y el trato de la abuelita. Ella agradeció a todo el equipo y sin problemas posó para estar también en onda para tomarse la foto de haber sido inmunizada (solo que ella no tiene redes y n pudo publicarla, pero se puso feliz al saber que saldrá en el diario). Toda la familia agradeció al equipo que con mucho entusiasmo está vacunando en la zona. Además del Dr Dávalos, las licenciadas Rossana Alonso, Margarita Viera, Noelia González y el incansable conductor Justo Hug recorren las casas de los más longevos de la zona. Los profesionales muy responsables monitorearon la reacción de doña Sarita (como la llaman) y dijeron que estarán avisando para la próxima dosis.

En medio de tantas historias tristes, esta es una de alguien que quiere seguir viviendo, que ama la vida, que encara los problemas con esperanzas, y desea alcanzar los 100 años en medio de esta pandemia, porque también tiene la esperanza de que esta situación tan difícil servirá para valorar que la vida es un regalo de Dios, y que debemos volver a cultivar los valores que se han perdido en nuestra sociedad y en el mundo.