A primera vista, asusta. Negra, con ojos intensos y pico filoso, pero “hermosa e imponente”.
Úrsula parece salida de una película de terror. Pero basta con acercarse para descubrir que es puro amor. Es una cuerva mansa, cariñosa y sociable.
Apareció en enero en Areguá, chiquita todavía, y fue adoptada por los vecinos sin necesidad de papeles. Vive, o mejor dicho, pasa la mayor parte del tiempo en una gomería. Dicen que su papá humano es don Nene, el gomero del barrio, pero va de casa en casa. Se deja acariciar y recibe comida como si fuera una más del vecindario.
Parece de terror, pero ella es muy mimosa
Sergio Méndez (39), un vecino, contó que Úrsula es su compañera de gimnasio, aunque ella no hace ejercicios, solo mira y se posa donde sea. Mira fijamente a los muchachos musculosos y después emprende vuelo.
“Se va en las máquinas, en la caminadora estaba la vez pasada, es como un perro, porque le podés tocar y te hace cariños, es cariñosa”, dijo.
En redes ya es toda una celebridad. Todos quieren una foto con ella y las selfies con Úrsula abundan. Hay muchas fotografías de del yryvu sobre los techos de las casas, en los portones, hasta en las ventanas.
Se va al parque, junto a las artesanas. No hay lugar donde no vaya ella.
“Ayer me visitó”, “Hoy estuvo en casa”, “Es tan hermosa”, “Adivinen quién estuvo recién conmigo”, son algunos de los comentarios.
Se da con los peques
A Úrsula también le gusta ir a la escuela, y eso se evidencia con las fotos de ella con los alumnitos de una institución cercana. Los niños se acercan a ella y Úrsula se deja tocar.
Pero no todo es color de rosas. Algunos se quejan porque Úrsula hace sus necesidades en el piso y ensucia.
Uno de los afectados, comentó en el portal “Areguá me encanta” de Facebook que el ave destruyó parte de su negocio. Incluso pidió a la municipalidad que le busque un refugio.
Aun así, la mayoría la quiere y pide que la cuiden y que no la tiren piedras o espante.
Temen que algún depredador o persona malintencionada o mala le haga daño.
En Cocué Guazú, también vivía otro cuervo, Pitter, pero murió.
El otro yryvu gimnasta
Al igual que Úrsula, otro plumífero fanático de los gimnasios es el cuervo Felipe, de Villa Hayes. Tanto lo quieren que fue declarado ‘hijo dilecto’, al menos de corazón. El yryvu también se ganó el cariño de todo el barrio.