Imputado. El oficial Gustavo Narváez “Tres policías empezaron a forcejear mi auto para revisar qué llevaba atrás a pesar de que les dije que eran zapatos. Me bajé para mostrarles y una policía revisó mi cartera donde tenía toda mi recaudación, ahí vi cuando uno de ellos metió la droga. Empecé a gritar y me puse a filmar”, contó Tanya Villalba, una joven diseñadora de calzados.
La empresaria relató que el martes salía de su lugar de trabajo e iba rumbo a su casa en San Lorenzo cuando, sobre Mariscal López y Pedro Getto unos policías le hicieron señas para que se detenga. Villalba pensó que se trataría de una infracción pues conducía manipulando su teléfono celular.
Según su versión, los oficiales la llevaron cerca de un patio baldío. Allí le solicitaron sus documentos y luego le indicaron que se encontraba en actitud sospechosa, sin darle muchos detalles. Tanya bajó del auto por exigencia de los uniformados.
Mientras revisaban la cajuela, la conductora dijo que observó que una oficial registraba su cartera y aseguró que allí le “plantaron” 316 gramos de cocaína.
Pidieron G. 5 millones
La denunciante declaró que los policías le solicitaron G. 5.000.000 para que no quedara detenida. Ella se negó y llamó a su papá y al 911 pidiendo ayuda. Pasó la noche en la Comisaría 11 Metropolitana. Tras tomar intervención la Fiscalía recuperó su libertad.
El fiscal Ysaac Ferreira expresó que la Policía actuó fuera de su jurisdicción y que existe inconsistencia en su informe. El reporte policial sostiene que detuvieron el coche porque “tenía todas las características de vehículos utilizados en la zona para cometer hechos punibles”.