Proveniente de una familia religiosa y al servicio de los desamparados, Ulises Eliseo Núñez creció viendo cómo su madre, doña Teo, como la conocen en el barrio, ayudaba a la gente. El amparo era para mujeres maltratadas y víctimas de explotación a quienes ofrecían cama donde dormir y un plato de comida, en el Hogar de los Entusiastas instalado en su casa de Asunción.
Más allá del Ulises que el país conoció por el audio donde confesó el brutal crimen de Natalia Silveira, quienes lo conocieron en su adolescencia quedaron consternados al enterarse de la noticia.
“Era siempre un chico servicial, fue monaguillo en la capilla San Ramón, en San Lorenzo”, contó a EXTRA María de la Cruz Romero, una feligrés de la diócesis sanlorenzana, asegurando que Uli, como el hoy feminicida insiste en que lo llamen, era un excelente muchacho. Allegados a la familia contaron que hasta creían que se convertiría en pa’i, pero eso no ocurrió, pues él se alejó de la Iglesia.
“No puedo creer todavía la locura que hizo. Solo queda rezar por ambas familias por todo lo que están sufriendo”, añadió Romero.
Ulises conoció a Natalia en un grupo de escorts (damas de compañía). Tras compartir varios encuentros sexuales se enganchó con ella y, en un arranque de locura que venía padeciendo desde un buen tiempo, la asesinó por “arreglarse demasiado” para otro. Luego, huyó a la Argentina.
“Él estaba enamorado de ella”, contó la comisaria Elisa Ledesma, quien acompañó ayer en Puerto Falcón la entrega del operador de radio, quien pidió a la uniformada garantías para regresar y someterse a la justicia sin ser blanco de agresiones por parte de la policía, al momento de presentarse. Núñez pidió a Ledesma que su hermana menor acompañe el procedimiento. “Me dijo ‘estoy arrepentido, comisaria, quiero entregarme y volver a Paraguay’, pidió perdón a su hermana y a las familias afectadas”, dijo la jefa de RR. PP. de la Policía Nacional
Ulises llegó a Paraguay cerca de las 04:00 de la madrugada y quedó detenido.
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