El susto de poder haber perdido a sus compañeros de lucha diaria no supera aún Raúl Chamorro, un inspector de la Línea 56, empresa de transporte que ayer sufrió la quema de cuatro de sus unidades.
El trabajador contó que recibió una llamada de alerta a la 1:13 de la madrugada. Dijo que cuando llegó dos micros ya estaban ardiendo y vio a sus compañeros corriendo de un lado a otro para intentar salvar otros colectivos.
Mientras eso ocurría, Julio Octavo, un chofer, intentó salvar su unidad y se subió, pero el fuego era tan grande que tuvo que correr por su vida.
“Acá hubo muchos héroes que intentaron salvar los demás micros. Es nuestro pan de cada día. Sentimos mucho, pero realmente pudo haber sido peor, una tragedia, porque había compañeros que dormían ahí cerquita nomás”, dijo Chamorro.
Lino González, uno de los conductores que estaba descansando en una de las piezas, escuchó el "¡salgan de ahí!” y despertó de un salto. “Los muchachos nomás nos avisaron. Había poco lugar para estacionar los camiones, por eso los metieron en el taller”, explicó.
Los empleados de La Sanlorenzana señalaron que no pueden saber aún cómo ocurrió el siniestro, ya que las oficinas administrativas también ardieron. Aseguraron que el mayor temor era que una chispita pudo haber ocasionado mayor daño si llegaba a la estación donde se carga gasoil. En la firma son al menos 200 choferes que se reoganizarán para hacer los turnos a falta de las cuatro unidades siniestradas.