De la manito, un albañil llegó acompañado de su novia hasta una mueblería de San Roque González, sobre la ruta 1, departamento de Paraguarí, con la intención de sacar un somier a crédito. Eligieron el mueble más cómodo y resistente para el ya tú sabes y comenzaron a pagar las cuotas. Oky la amor kuri.
La encargada del local explicó a EXTRA que en la mueblería no suelen dar crédito a desconocidos y era la primera vez que la pareja hacía compras en el local.
“El albañil ha de tener 27 por ahí, yo no tengo los datos precisos, pero acá más damos a los conocidos que son de la campaña, pues”, contó.
Todo iba bien hasta que la relación terminó y él tuvo que salir de la casa. Esto provocó que él no pudiera retirar el somier y suspendiera los pagos.
“Y el tipo ahora ya no quiere más pagar porque dice que se le tiene que recuperar primero su somier para que él pueda seguir abonando”, explicó.
Ahora usa la cama con su nuevo amor
Según la encargada, la pareja había pagado algunas cuotas, pero después de que la mujer le corneó, el albañil quedó con la deuda y sin su cama matrimonial.
“En total pagaron 4 cuotas de G. 149. 000 y después la chica le dejó y se fue con otro. El tipo, el titular, ya no pudo más retirar su somier y la chica tampoco quiere entregar porque dice que no está su nombre y que él le regaló. Y nadie puede entrar en su casa porque no se puede entrar así nomás en casa ajena”, contó.
Debe G. 1.000.000
Al final, el albañil se quedó con el clavo y su deuda es de G. 1.000.000, que hasta ahora la mueblería no puede recuperar.
“No es tanto lo que debe, pero que no quiera responsabilizarse nomás es el problema”, tiró la encargada.
Payaso la dejó, y...
La novia también se quedó con el clavo.
Otro caso parecido ocurrió con un hombre que trabaja como payaso y su expareja, una funcionaria de la ANDE, también de San Roque. Estuvieron juntos unos cinco meses, tiempo en el que compraron un somier y pagaron varias cuotas. Después de separarse, él se quedó con el mueble, y la mujer tampoco quiso seguir pagando hasta recuperarlo.
“Compraron juntos el somier, estuvieron como cinco meses y después el tipo se fue con otra. Ahora él no quiere entregar el mueble y dice que fue un regalo”, contó la encargada.
Según relató, este tipo de conflictos se repite con frecuencia entre parejas que compran en conjunto y luego se separan. Muchos dejan de pagar, otros discuten la propiedad de los objetos y las deudas quedan flotando. En este caso, la deuda asciende a unos 1.800.000 guaraníes, y la encargada señaló que ambos se niegan a asumirla hasta que se resuelva quién se queda con la cama.
Otro caso
La encargada también relató otros conflictos frecuentes en la mueblería. Tiene varios casos que la perjudican económicamente, como el de una mujer que compró un celular para su hija, una funcionaria de la Justicia Electoral, y apenas había pagado tres cuotas. La madre, de tercera edad, no mostró interés en continuar abonando, aunque tenía los medios para hacerlo, dejando al local con muchísimas pérdidas.