Seis horas duró la compleja cirugía de Ruhama Victoria Marín Duarte, de 14 años, en San Pablo. Los médicos la metieron a quirófano para extraer un proyectil que tenía alojado en la cabeza. Era una bala perdida que recibió en marzo pasado cuando estaba en su casa en la ciudad de Pedro Juan Caballero.
“A veces se quejaba del dolor. El proyectil estaba en constante movimiento, migraba y por eso paramos con la fisio”, manifestó doña Andrea Duarte, mamá de la niña. Apenas despertó, Ruhama vio a su madre en la Unidad de Terapia Intensiva y le sonrió. “Me siento mucho mejor, estoy muy feliz”, le respondió cuando la doña le consultó qué tal se sentía.
Andrea contó que está estable, que le retiraron el proyectil exitosamente. “Desde que recobró la consciencia al salir de la sala de cirugía está hablando. Está superbién gracias a Dios”, comentó su madre.
Mencionó que, hasta que esté completamente estable, va a quedar internada en el vecino país haciendo su tratamiento. La mujer relató que a través de pastores y de la ayuda solidaria de la gente en su comunidad consiguieron llevarla al Brasil para el procedimiento. No obstante, mencionó que todavía le queda mucho por transitar en su recuperación, por lo que seguirán realizando actividades para solventar los gastos.
El hecho ocurrió hacia finales del mes de marzo cuando todavía tenía 13 años. Un mes después de lo ocurrido, Ruhama regresó a clases y sus compañeros quedaron sorprendidos por la valentía que tuvo tras recibir el impacto y la memoria que no se vio afectada pese a todo, manifestó su madre.
Si alguien de buen corazón quisiera ayudar a la familia, puede comunicarse al (0985) 599-458.