Unas seis personas privadas de su libertad son las encargadas de elaborar chorizos misioneros, en una pequeña fábrica montada en la Penitenciaría Regional de Misiones, con paredes azulejadas, un molino de carne industrial, una heladera y dos freezers.
Mensualmente producen 500 kilos que son vendidos por medio del local II Toro autoservicio, quien provee de los insumos a los reos.
Ahora los internos y fabricantes del chorizo quieren tener su propia marca y poder llegar a las góndolas de los supermercados. Además, el objetivo es participar en el Festival Internacional del Batiburrillo, Siriki y Chorizo Sanjuanino de San Juan Bautista, Misiones.
Il Toro también vende 400 a 500 kilos semanales de panificados (galletas, coquitos, rosquitas y palitos) hechos por los reos de la penitenciaría de Misiones. Cuentan además con artesanías, como termos forrados, tejidos típicos y ropas de moda casual, todas fabricadas por las personas privadas de libertad, según el portal digital del Ministerio de Justicia.