El delincuente y una secuencia de cómo fue reducido. “Es un asesino que mata para robar. Sin embargo, nosotros nos matamos trabajando para dar de comer a nuestra familia”, expresó Rolando Valdez, uno de los obreros que colgó al motochorro que intentó robar su salario.
El pasado 26 de septiembre, el contratista Wilfrido Zárate Mendoza retiró G. 25 millones de un banco, monto que sería destinado al sueldo de 57 albañiles.
Minutos después, al bajar de su auto, fue interceptado por dos motochorros. Uno de ellos
disparó contra la camioneta donde se encontraba Zárate en compañía de su esposa y su hijo de 3 años.
Posteriormente, forcejeó con él y le despojó del maletín donde llevaba el dinero en efectivo. En ese instante, el delincuente se quedó sin balas, hecho que notaron los demás obreros y persiguieron al maleante, identificado como Julio César Paredes Bordón (37).
Cuando lo atraparon, le ataron de pies y manos y le colgaron del edificio en construcción. Luego se soltó la cuerda, cayó al piso y lo golpearon hasta que llegó la Policía. “Por suerte le alcanzamos en la calle. Tuvimos la idea de darle un poquito de castigo”, dijo Pablo Ramírez, otro de los obreros.