Diez esquirlas de balín de goma fueron extraídos del cuerpo de Tuky, el perrito de dos años asesinado presuntamente por un policía en el distrito de Caaguazú, departamento del mismo nombre. La mascota, propiedad de Adela Coronel recibió dos impactos de una escopeta a corta distancia, que se desintegró y se esparció dentro del cuerpo.
Se presume que agonizó durante al menos media hora antes de morir y luego fue arrojado en una bolsa al arroyo donde ayer fue encontrado. El cadáver fue trasladado hasta la veterinaria del doctor Pablo Quinteros, donde fue sometido a la necropsia. La misma tuvo un costo de G. 1.600.000 que tuvo que ser costeado por la organización Patitas Caaguazú, por lo que solicitan ayuda solidaria para cubrirlo.
La fiscala Norma Salinas comentó a EXTRA que solo agentes de la Policía Nacional tienen permiso para la portación de armas de ese tipo. “Tenemos que solicitar informes a la policía porque eso solo los antimotines pueden tener y solamente la Policía está habilitada para comprar ese tipo de armas. Hay que ver si alguna vez llegó a estar en esa Agrupación Especializada y si se le dejó a su cargo un arma”, indicó la abogada.
No obstante adelanto que el caso pasaría a manos de su colega y tocaya Norma Solís, quien tendrá a su cargo la tarea de imputar al policía. “Con todo lo que tenemos, vamos por buen camino. Hoy vamos a tener varias diligencias más”, refirió Salinas.
El pequeño Tuky fue asesinado el sábado último, cuando ingresó al patio del suboficial Inspector Bernardo Franco Duarte y supuestamente intentó llevarse un pedazo de carne del asado que se disponía a cocinar el agente.
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Franco Duarte fue llamado a declarar hoy en se del ministerio público.
La dueña del animal se encuentra viviendo en Buenos Aires, Argentina y formuló la denuncia en sede de la comisaría 24 de Caagauzú gracias a la ayuda de la abogada Laura Yunis de Patitas Caaguazú, quien acompaña el procedimiento fiscal y policial.
Vecinos del sindicado aseguraron ayer que el mismo efectúa tiros al aire. En enero de 2020 también fue protagonista de un bochornoso episodio, al ser detenido por agentes de la comisaría segunda en estado etílico por polución sonora en una cancha de piki vóley