24 oct. 2025

Paraguaya se avivó y ocupó casa de su amiga en España

La compatriota fue denunciada en Madrid y se armó un escándalo. Alquiló la vivienda y se escudó con una ley que protege a su hijo.

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Petronila aparece en un video de TikTok que la dueña de la casa compartió. Le pide que le pague y la compatriota le dice que “deje de golpear su puerta”.

TIKTOK

Una paraguaya es centro del escándalo en Madrid, España, por “atrincherarse” en la casa que su amiga le alquiló.

Jacqueline Guillén residía en España, pero el año pasado fue a trabajar a Londres, donde viven sus padres. Decidió dar una mano a su amiga paraguaya, Petronila, quien en ese momento estaba sin trabajo, pero cobrando beneficios sociales por “paro”. Guillén dice que tomó la peor decisión de su vida. La paraguaya se avivó con una ley y ahora está como “alqui okupa”.

“Le quise dar una mano, le ofrecí un alquiler mucho más barato de lo normal por una vivienda en el distrito de Hortaleza, apenas le cobraba 850 euros”, dijo la afectada a Telemadrid.

Durante los primeros meses, todo fue bien. Petronila pagaba a tiempo. Pero cuando el alquiler subió 100 euros, comenzaron los atrasos y la amistad se fue a pique.

“Hecha la ley…”

Jacqueline no tenía idea de que existía un decreto que protege a las personas en situación vulnerable y que impide los desalojos. “Ella me dijo por teléfono: ‘Soy madre soltera, la ley me ampara a tu costa’. Y a mí, en cambio, la ley me deja en la calle, endeudada y enferma”, indicó.

Petronila dice que no tiene trabajo y que debe cuidar a su hijo enfermo.

“Se trajo a su hijo de Paraguay, que tiene epilepsia, supuestamente de vacaciones, pero se quedó para empadronarlo y vivir de las ayudas”, denunció.

Quedó sin nada

La afectada presentó una demanda contra Petronila e incluso se reunió con el alcalde, pero sigue sin solución. La supuesta amiga descubrió que la casa no tenía habilitación para alquiler y ahí dejó de pagar.

“Los okupas no pagan. Mantengo mi postura de seguir en la casa. Tenemos contrato hasta el 9 de agosto de 2025. Entonces te entrego las llaves”, le dijo. Pero ya estamos en octubre y nada cambió.

Mientras tanto, Jacqueline quedó sin nada. “Estoy viviendo en la sala de una amiga, rodeada de cajas y de antidepresivos”, expresó. La deuda asciende a 20.000 euros (G. 164 millones).