La ilusión de que esa rodilla inflamada y los dolores de hueso por fin tengan alivio, fue el motor que llevó a Doña
Petrona Alonso (80) a aventurarse desde Asunción hasta el departamento de Itapúa.
Contrató un chofer y pidió a su empleada Alicia Aguirre que la acompañe hasta Obligado, donde se encuentra el barro y el arroyo “milagroso”.
“Yo quería probar, pero cuando estuve en el lodo, como soy un poco gordita, no pude salir y me caí, ahí golpeé otra vez mi rodilla”, se quejó la mujer.
Muy enojada, Doña Petrona dijo que es un fraude lo de la cura, ya que a raíz de la caída tuvo que ir hasta un médico, luego de regresar del lugar.
Pero la queja no quedó ahí, señaló que el dueño le cobró G. 100.000.
“La gente se fue estúpidamente ahí como yo. Creí que era gratis. Cuando el dueño se acercó le dije que los milagros no se cobran”, denunció.
Explicación
Por su parte, Eduardo Dose, dueño del terreno donde se encuentra el arroyo y la cuenca de lodo, explicó por qué ahora cobra entrada.
“Comencé a contratar personal porque yo no abría todos los días, estaba solo y venía y me iba de mi local para dejar entrar a la gente. Como las visitas son incesantes necesito que el enorme predio esté limpio y no me queda de otra que cobrar por la llegada de las personas”, señaló.
Dose detalló que cobra los G. 100.000, pero que los usuarios pueden tener cuatro sesiones en un día.
“Si vienen a la mañana entran al barro dos veces y a la tarde completan dos sesiones más y para aquellos que vienen recién a la tarde se les cobra un monto menor”, dijo.
Eduardo fue tajante, “Si esto la gente va a objetar, yo no tengo problema en cerrar todo. Nos vamos a jugar vóley y a disfrutar de la naturaleza y del agua que tan bien te hace”, advirtió.
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