El padre Silvestre Olmedo, imputado desde diciembre pasado por coacción sexual y violación a la autonomía sexual “no se está sometiendo a los mandatos de la Justicia”, según la fiscala del caso, Luciana Ramos.
“Están chicaneando”, acotó a ÚH la agente del Ministerio Público, quien sostuvo que el cura “en todo momento
intentó anular la causa”.
El sacerdote, apartado de sus funciones en la parroquia San José de Limpio, fue denunciado por una coordinadora de la Pastoral Juvenil, de 21 años, a quien manoseó tocándole el pecho, a pesar del rechazo de la joven. Esto ocurrió el 21 de septiembre del año pasado.
Olmedo había apelado su imputación, que pasó a una segunda instancia judicial, luego de una audiencia en que se le impusieron medidas alternativas a la prisión, con las que actualmente cuenta. Pagó una caución real, cuyo monto no fue divulgado; además, tiene prohibido salir del país y debe presentarse cada mes al juzgado.
La jueza Elsa Idoyaga, quien había admitido la imputación, aseguró que no hay motivos para detener el proceso.
“Si se va a plantear la nulidad, se tiene que hablar de la indefensión y esta magistratura considera que no existe la nulidad, debido a que el mismo ha tenido copia del expediente judicial y también de la carpeta fiscal de investigación”, explicó. La coacción sexual es un crimen con una expectativa de pena de hasta 15 años de cárcel, según la jueza.