
“Yo era su princesa, siempre estuvo muy pendiente de mí. Los asaltantes no me quitaron nada material pero me quitaron a mi papá, por un celular que no vale nada”, manifestó desconsolada Ruth Martínez (27). El barrio San Rafael de San Lorenzo se encontraba a oscuras el viernes pasado debido al incendio de la subestática. Ruth volvía a su casa luego de salir de la facultad donde estudia Ingeniería Comercial. “Al notar que no había luz, le llamé a mi papá para que me espere afuera y guardé mi celular en la cintura de mi vaquero. A metros de mi casa veo que dos personas en moto se acercan y me cierran el paso, uno se bajó y me tiró por la pared”, indicó la joven.
Luego, el asaltante tiró a Ruth al piso y apuntándole con un arma en la cabeza le exigió su celular. Ella gritaba auxilio, por lo que el asaltante actuó con más violencia y con la rodilla le golpeó en la cara, además de disparar al aire, como forma de amenaza.
“Ahí vi a mi papá que corría hacia mí, gritando que me suelten, pero sin mediar palabras le disparó a la altura de la cintura y huyeron”, señaló la joven. Hugo Martínez, a pesar del impacto de bala, caminó hasta su hija y con su ayuda llegaron a la casa de un vecino que los auxilió.
Dejó otro hijo de 2 años
La bala atravesó el riñón de don Martínez. En el Hospital del Trauma le practicaron una cirugía, pero falleció el domingo último. Por otra parte, el comisario retirado Juan Martínez, hermano de la víctima, lamentó que la inseguridad haya cobrado otra vida y recordó al fallecido como un hombre de familia, honesto y trabajador. Con esta pérdida, Ruth quedó sin padres pues su mamá murió hace muchos años a causa de la diabetes. Su padre volvió a casarse y tuvo un hijo que ayer cumplió dos años y siete meses.