Alberto Díaz Agustín (13), estaba desaparecido desde el domingo 2 de enero, cuando se fue a cazar palomas, para llevar comida a su casa, ubicada en la comunidad indígena Quenjaclai, Mariscal Estigarribia (Boquerón, Chaco).
Como no regresaba, vecinos y policías fueron a buscarlo, pero no lograron encontrarlo.
Tras varios días, se llegó a temer que haya sido devorado por alguna fiera del monte o que alguien lo haya llevado.
Sin embargo, empleados de una estancia cercana informaron ayer del hallazgo del cuerpo sin vida del niño, que estaba ya en estado de descomposición, cerca de un tajamar.
“El forense mencionó que falleció por Shock hipovolémico por insolación y deshidratación (por sed). Según la mamá, ella dejó a Alberto a cargo del hermano mayor, mientras ella iba a la iglesia, pero el menor escapó de la casa para ir a cazar las palomas y no regresó más. Acá el calor es tremendo, 45°”, dijo el fiscal Andrés Arriola.
Según los datos, el niño murió al tercer día de su desaparición, ya que el forense dijo que por la descomposición del cuerpo, llevada como 5 días de fallecido.