El nuevo obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, es todo un apasionado por el deporte rey y siempre que puede aprovecha la ocasión para chutar un par de penales y recordar su pasado como deportista. En sus tres perfiles del Facebook se documenta su afición por este deporte y el propio obispo comentó su experiencia al diario EXTRA.
Antes de abocarse al estudio de la palabra sagrada, el obispo tenía un sueño, y era el de ser futbolista. Sin embargo, esto no le duró mucho, ya que al poco tiempo de sumarse a un club tuvo que colgar los botines para seguir sus estudios fuera del país.
“Soy un apasionado del fútbol. Cuando era jovencito trabajaba en el aeropuerto y como cerca estaba el club General Díaz, fui a practicar ahí. Pero estuve solo un año, luego tuve que ir a Corrientes a estudiar Medicina”, recordó monseñor en charla con EXTRA.
Era rápido como un avestruz, mencionó, y siempre que podía se fijaba en el juego de Garrincha y Pelé para intentar imitarlos. “Yo era puntero por izquierda, me gustaba la velocidad. Cuando vivía en el Brasil, entre 1966 y 1967, siempre veía a Pelé y Garrincha a quienes admiraba profundamente”, indicó.
Siguiendo la tradición familiar, el monseñor Valenzuela adoptó a Olimpia como su club de cuna, aunque asegura no ser muy fanático. “Como mi papá era olimpista, yo también le seguí; pero prefiero mantenerme neutro”, tiró. A pesar de llevar la Franja Negra en el pecho, el sacerdote reconoció que tiene como a uno de sus ídolos a una figura del acérrimo rival. “Antes iba mucho a los estadios y admiraba el juego del “Nino” Arrúa”, aseveró.
MAGIA VIGENTE
Pese a sus 62 años, el obispo mantiene intacto su talento y de vez en cuando sigue acoplándose a los futbolachos. “Todavía suelo jugar, pero muy poquito. Me cuido mucho para no sufrir algún problema de salud. Cuando voy a eventos deportivos siempre tomo la posta y me animo a patear algunos penales”, finalizó.
También el volley
Monseñor Ricardo también aparece en numerosas fotos jugando volley durante sus giras pastorales en la diócesis de Villarrica. En sus tres perfiles de Facebook se ven escenas de sus saques y mateadas.
