Tres días habían transcurrido desde la última llamada de Yenifer Talia Luján Chamorro a su tío, don Silvio Ramón Miranda. “Hola tío, estoy con mi novio en Macarro. Mi teléfono se rompió y el domingo recién iré en casa”, fue lo que dijo tan rápido la chica, que él no llegó a distinguir del todo su voz, antes de que el seco tono del corte de llamada le dejara con gran angustia.
Los días pasaron y el hombre decidió salir a buscarla, con vagas esperanzas de encontrarla en algún rincón de la ciudad de San Salvador, en Guairá. Pronto llegó el domingo, pero ella no apareció.
Silvio, más preocupado que nunca, acudió a los agentes de Investigación de Delitos y les solicitó ayuda para encontrar a su sobrina. Relató que el jueves, a las 21:00, la chica de 22 años salió de su casa en compañía de su hijito de 2 años, a encontrarse con su expareja, Juan Bautista Bruno Rojas (29).
Los oficiales fueron en busca del hombre y, alrededor de las 11:00 de la mañana de ayer, dieron con él y el niño. “Yo le dejé a cien metros de la despensa”, alegó el hombre. Mientras, su hijo fue entregado a familiares de la mujer.
Indagando de aquí para allá, los agentes recibieron la información de que habían visto a Juan Bautista junto a la chica en el límite de San Salvador y la ciudad de Borja, hasta donde se trasladaron. En medio de un extenso bosque vieron un pozo y, alrededor de él, tierra recién removida. Para entonces, el reloj marcaba ya las 18:00 del domingo.
“El pozo estaba tapado con una tabla. Se sacó la tabla y con la linterna alumbramos. Ahí divisamos un cuerpo presumiblemente sin vida”, relató el comisario Marcelino Espinoza. Los agentes comunicaron el hallazgo al fiscal de turno, convocaron a los bomberos voluntarios y agentes de Criminalística. “Inmediatamente se procedió sacar el cuerpo y comprobamos que se trataba de la chica desaparecida”, expresó Espinoza.
El fiscal Alcides Espínola ordenó la detención del principal sospechoso, pero él negó tener algo que ver en el hecho. Sin embargo, los uniformados obtuvieron información clave sobre la llamada que habían recibido los familiares de la víctima, que fortaleció la hipótesis de un feminicidio.
Aquel contacto no había sido hecho precisamente por la muchacha, sino una pareja ocasional del hombre, Petrona Pereira Benítez (25), quien entregó a los efectivos policiales el celular de la víctima, asegurando que se lo había entregado Juan Bautista.
La mujer quedó detenida y comentó a los agentes que, el viernes, se encontró en una cancha de volley con el sospechoso. Él, muy inquieto, le pidió de favor que llamara al tío de Yenifer.
Tanto Raquel como Juan Bautista se encuentran a disposición del Ministerio Público. El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial a fin de determinar la forma en que fue asesinada.