Cinco balazos disparados por un sicario sonaron a metros de la subcomisaría 4, que está pegada a la Unidad de Salud Familiar de la colonia Barbero, en el Departamento de San Pedro, en la mañana de ayer jueves.
Aun así, los policías de guardia no se dieron cuenta enseguida de lo que pasaba.
Afuera, el doctor Antonio Zacarías Ortiz López (45), quien era el único médico del centro de salud, estaba agonizando, tirado al costado de su auto y bañado en su sangre. Los asesinos escaparon tranquilamente en una moto que fue dejada y quemada en un camino vecinal.
Una de las presunciones como móvil del crimen es que el médico habría mantenido una relación sentimental con una mujer casada con un poderoso empresario.
Supuestamente, la doña, al ser descubierta por su marido, se habría dejado de su pareja y luego de un tiempo volvió con su esposo. Se calcula que este nunca perdonó aquello.
La hermana del médico, Cynthia Ortiz, aseguró que su hermano ya venía recibiendo amenazas desde hace un año y medio. También dijo que hace cinco meses le rompieron el parabrisas de su automóvil.
Celos por su señora
Cynthia aseguró que su hermano contó que “tenía conflictos con un señor que tenía celos por su señora”.
Sostuvo que su hermano no hizo la denuncia de las amenazas en su momento debido a que no creía en la Justicia y porque la persona acusada “tiene plata”. “Él era muy pacífico, servicial para su comunidad, era incapaz de hacerle daño a nadie”, dijo la señora. Pidió justicia para su familiar.
El fiscal Juan Daniel Benítez, indicó que el autor moral del asesinato del doctor, sería un productor brasileño de nombre Arnaldo Marques, de 48 años. Su casa fue allanada ayer, donde las autoridades encontraron dos armas de fuego, cartuchos y teléfonos celulares.
Con un 38
El médico fue baleado por uno de los matones y al menos recibió cinco impactos de bala que serían de un revólver calibre 38. Esto se dice debido a que no se encontraron en el lugar del crimen casquillos de bala.
El cuerpo fue llevado a la morgue del Hospital de Santa Rosa del Aguaray, para la extracción de los proyectiles.
Manifestación
La subcomisaría 4 está separada solo por un tejido de la USF y los dos policías que estaban en la dependencia policial no atinaron a reaccionar al escuchar el tiroteo, por lo que los matones pudieron escapar tranqui.
Para hoy, después del entierro, los pobladores se manifestarán para exigir que los agentes cumplan con su tarea.