Era cuestión de tiempo para que caigan, policía y familiares de Mathías Correa Navarro seguían de cerca los pasos a los motochorros que segaron la vida de la joven promesa del fútbol y monaguillo de la iglesia Domingo Savio, en Fernando de la Mora. Estos, finalmente, fueron capturarlos.
Se trata de Alejandro Moisés Corvalán, autor confeso de la mortal estocada. El 12 de octubre, él abandonó Tacumbú donde estuvo recluido por disparar a otro chico durante un asalto. El otro detenido es su cómplice, Luis Ramón Rojas Román.
“Yo fui, yo le maté porque nos peleamos. Me pegaron y quise defenderme”, excusó Corvalán, asegurando que el finado y su amigo, antes del asalto, les habían gritado que su moto “chillaba”.
“Mi hermano jamás hubiera resistido ni tocado. En las imágenes se ve eso”, rebatió ante estas declaraciones Fernando Correa, hermano de Mathías.
“Hicimos el trabajo con la policía como tenía que ser, como Mathi hubiera querido. Nos fuimos a buscarles con ellos. Investigamos, sabíamos su nombre y hasta dónde vivían”, contó Fernando. El asesinato ocurrió el pasado 15 de diciembre.
Perdón y justicia
El homicida pidió disculpas por su “error”. “Pido disculpas a sus papás y parientes, no fue mi intención quitarle la vida al muchacho. Pido perdón y asumo las consecuencias de mi error”, señaló. Fernando, por su parte, aceptó las disculpas, pero aseguró que no olvidarán.
“Como buenos cristianos les perdonamos, pero no olvidamos. Les tuve enfrente, ganas no me faltaron de saltarles, pero eso iba a dar motivo a ellos para bajar la condena o ser liberados. Aceptamos sus disculpas, pero no vamos a olvidar jamás hasta que se haga justicia”, dijo.