Un nuevo escándalo se desató ayer en el ámbito del Congreso, con la denuncia de dos parlamentarias de la oposición, de que existen legisladores que cobran una especie de “peaje” a sus funcionarios leales, porque les consiguieron el cargo.
La senadora Esperanza Martínez (Frente Guasu) dijo que recibió la denuncia de los afectados y hasta de colegas, por lo que el caso puso a consideración de la Mesa Directiva del Senado, para que el presidente del Senado, Basilio Bachi Núñez, “tome cartas en el asunto, converse con estos colegas, porque es muy difícil de demostrar”, admitió ante periodistas.
De acuerdo a los datos, cada uno debe dar entre uno a tres millones.
Calificó el hecho como “muy grave; meter a un funcionario y después pedirle la mitad de su salario, bonificación o lo que sea y que esto sea un mecanismo para recaudar”. “Esto es un abuso de autoridad, una conducta mafiosa”, añadió.
Parentela
A su turno, la senadora (Cruzada Nacional) cuestionó que algunos senadores, “no contentos con meter a toda la parentela, dentro de la Cámara, tengan que cobrar otra vez ese peaje”.
“En el fondo, es un secreto a voces; siempre se hizo”, señaló, al tiempo de mencionar al exsenador colorado Juan Carlos Calé Galaverna “que tenía un equipo de fútbol dentro del Parlamento y se le pedía una colaboración”.
Mencionó que “algunos dijeron que tuvieron que renunciar porque no les sobraba nada”.