Una enorme sonrisa se dibuja en su rostro, y sus ojos, azules como el cielo, irradian alegría cada vez que llega a la escuela.
Tiene 7 añitos, nació con un extraño síndrome que no le permite realizar actividades acordes a su edad, pero estar relacionado con otros chicos convirtió su día a día en toda una aventura.
Todo esto se dio tras la dura batalla que su mamá libró, para que a él le permitan estar en una institución educativa. L.E. contó el calvario que significó encontrar una escuela para chicos con discapacidad.
“Es un niño que si vos le ves físicamente es normal, el tema está en que él tiene un retraso psicomotor. Tiene AGC (Agenesia del Cuerpo Calloso), lo que no permite que ciertas neuronas del cerebro se conecten”, explicó la mamá.
Discriminación
L. recorrió varias escuelas públicas donde el “no” se maquillaba con frases suaves.
“La Ley de Inclusión es letra muerta. Si bien nunca me dijeron directamente que no, las maestras me recomendaban que lleve a mi hijo ´a otro lugar donde puedan brindarle mayor atención´, esa siempre es la respuesta”, añadió.
Cuestionó que no exista infraestructura y menos docentes preparados para atender las necesidades de este sector.
Finalmente la joven madre dijo que encontró un colegio privado donde aceptaron a su hijo, pero a cambio deberá pagar un alto costo.
La discriminación, según L., es el pan de cada día. “Recorriendo escuché y vi ya de todo, incluso hay papás que no quieren que chicos con discapacidad se mezclen con sus hijos porque dicen que los van a atrasar”, expresó.
A pesar de todos los obstáculos L. trata de brindar todo lo mejor a sus tres hijos. Señaló que por la desidia del Estado no queda de otra que pagar más de G. 2 millones mensuales para que su hijo pueda ir a una escuela.
El 83% no termina la primaria
La fundación Teletón informó que el 83% de los chicos con discapacidad no termina la primaria. Esto, debido a la casi nula infraestructura.
Detallaron que las principales causas son la falta de rampas, colectivos no inclusivos, calles en mal estado y otros, que dificultan a las familias movilizarse.
En tanto, Eladio Benítez, titular de la Unión Nacional de Educadores (UNE), señaló que lo que hace falta son profesionales que ayuden a los docentes dentro del aula cuando tienen a alumnos con algún tipo de discapacidad.
La consideraron “líder negativa”
Un papá denunció que a su hija no la quisieron inscribir en el colegio Gutenberg, de Lambaré. El argumento de los directivos fue que la menor, quien debía cursar el último año del bachillerato en Ciencias Sociales, era una líder negativa por denunciar ciertas injusticias que supuestamente se daban en el colegio.
El papá tuvo que recurrir a un abogado y, a través de una nota, exigieron explicación. Finalmente, los directivos revieron su postura tras la denuncia pública y quedaron en una reunión para el próximo 5 de marzo.