La moto con dos ocupantes se detuvo frente mismo a la precaria casita de los abuelitos. Uno de los ocupantes preguntó por uno de sus hijos, consultó si estaban solos y bajó. Ahí mismo, los ladrones dieron la voz de asalto empujando con violencia hacia el suelo a doña Luciana Garcete de Fariña.
La ancianita de 73 años ni siquiera pudo defenderse y su marido, don Teodocio Fariña, de 83 años, intentó auxiliarla, mientras los delincuentes ingresaban a la vivienda situada el barrio Trigal III de Hernandarias, alrededor de las 15:15 de ayer.
Como si supieran dónde mismo buscar, el robo en sí duró apenas algunos segundos, contó a EXTRA el comisario Gustavo Rivas, jefe de la comisaría 24 local. “Ellos llegaron y salieron, los vecinos creen que una persona cercana dio la información”, indicó el uniformado asegurando que penosamente, se sospecha de algún pariente de la pareja de abuelitos.
El uniformado lamentó la situación asegurando que según los vecinos comentaron ambos adultos mayores ya arrastran problemas de movilidad y con el empujón, la doñita tuvo una grave lesión en una de sus piernas, por lo que tendrá que ser sometida a una delicada cirugía. “Como son personas de edad tienen problemas para caminar, dijeron que tiene problema en la pierna o la cadera”, mencionó el uniformado.
Los ladrones tenían conocimiento de que en la casa guardaban alrededor de 20 millones de guaraníes por la venta de una propiedad. Sin embargo, la abuelita tenía guardado el dinero en dos partes, una de ellas se llevaron ayer de la casa, por lo que hasta el momento se desconoce el monto de lo robado. “Es mucho dinero para ellos, estaban haciendo remodelaciones en su casita de madera y se compraron una camita”, apuntó Rivas.
Personal de la citada dependencia acompañados de agentes de Investigación de Delitos verificó imágenes de circuito cerrado de la zona, pero hasta el momento ningún testigo pudo afirmar de hacia dónde vinieron los malvivientes y hacia dónde se fueron. “Tampoco sabemos el horario exacto, nos dijeron que fue a las 15:15 aproximadamente, aunque otros dijeron a las 15:30", señaló el comisario.
Zona de adictos
El uniformado comentó a EXTRA que tanto ese sector como otros de su jurisdicción tienen zonas donde están minadas de adictos a las drogas que, constantemente, generan dolor de cabeza no solo al vecindario, sino también a sus propios familiares que están cansadas de sus constantes entradas y salidas al calabozo, y la prisión. “Hay personas que denuncian a sus propios hijos. Llevan hasta ollas, cubiertos, lo que encuentran en la casa”, aseveró Rivas.