¿Alguna vez se ha preguntado quién fue Guido Boggiani? El nombre que se le da a una de las avenidas principales que conecta la capital del país con la ciudad de Fernando de la Mora. El Dr. Boggiani, fue un artista plástico, fotógrafo y etnólogo italiano que llegó a nuestro país enamorado de su gente, y en particular, de los pueblos originarios.
Es uno de los extranjeros que se insertó en el interior del Chaco paraguayo y registró parte de la historia de nuestro país a través de una cámara fotográfica. Su llegada a Asunción se registra en el año 1888 cuando contaba con apenas 27 años y tras idas y vueltas al viejo continente, se quedó en nuestro país para estudiar de cerca a las etnias que habitaban el Chaco; lugar donde la muerte le sorprendió a sus escasos 40 años, y las causas de su deceso encierran todo un misterio.
Lastimosamente este inmigrante italiano es muy poco estudiado aún por los antropólogos e historiadores paraguayos. Pero para sorpresa de los lectores, existe una novela basada en los diarios del propio Boggiani. Se trata de “Yo, Guido Boggiani, el blanco indio”, obra del escritor francés Eric Courthès, quien hará la presentación oficial de su novela este sábado 4 de agosto a las 18:30 horas en la librería “El lector” (San Martín c/ Austria, Asunción), según adelantó hoy en entrevista a Paraguay TV.
“Guido Boggiani se sentía un paraguayo más y murió aquí por amor, por buscar algo diferente que no fuera como él”, dijo Courthès, quien también es un enamorado del Paraguay.
Comentó que la novela inicia con la muerte del artista, hecho que se dio en el año 1901 aproximadamente. “Existen varias hipótesis sobre la causa de su muerte y eso es lo apasionante de esta historia porque tiene muchas cosas de las cuales se puede hablar” manifestó el escritor quien compiló los diarios de Guido Boggiani y del español José Fernández Cancio, el hombre que encabezó la expedición para encontrar los restos de Boggiani tres años después de su muerte, en 1904. “Esta novela es una especie de collage de todo lo que se sabe de Boggiani y la suma de una ‘memoria apócrifa’en la que imagino al explorador italiano en su dimensión humana”, recordó Courthès.
Una de las hipótesis más comentadas en torno a la muerte de Boggiani, es que estaba tendido en una hamaca con una mujer de la etnia chamacoca y que, uno de los indios que lo rodeaban había sentido celos; por eso lo mató “a porrasos”, con una de esas porras que se utilizaba para matar a los venados. Otras hipótesis en cambio presumen que él habría ingresado a una zona peligrosa o prohibida por los indios y que por eso lo mataron, o que simplemente el hecho tomar fotografías de la intimidad chamacoca y revelarlos, lo convertía en un chamán o mago ante los ojos de los pueblos originarios, según el escritor francés.
Lo cierto es que sus restos fueron encontrados con el cráneo totalmente desintegrado, los indígenas habían enterrado su cámara fotográfica en un lugar algo separado, según datos recopilados del diario de José Fernández Cancio.
El aporte de Guido Boggiani a los cimientos de nuestra Nación
En el año 1888, Boggiani llegó a Asunción con el propósito de comerciar con ganado y cueros. Posteriormente comenzó su primera expedición hacia el gran Chaco, en la que llegó hasta Puerto Casado. En este lugar tuvo su primer contacto con los grupos indígenas guaná y zanapaná.
En 1893 volvió a Italia llevando consigo una colección de interés antropológico sobre las culturas indígenas y publicó libros referidos a su experiencia.
En 1896 regresó a Asunción. Esta vez vino provisto de una cámara fotográfica, trípode y otros elementos para el revelado de las placas de vidrio. Estaba convencido de que la única manera de estudiar a estos pueblos era conviviendo en sus tolderías.
Boggiani legó treinta y ocho volúmenes con destino a la comunidad científica, pero fueron sus fotografías las que ganaron el interés y la admiración de un público más vasto en la actualidad, a través de la recopilación de materiales de la cultura indígena que posteriormente envió al Museo etnológico de Berlín.
Guido fundó en Asunción la Revista del Instituto Paraguayo, a través del cual publicó varios trabajos. Su obra pudo ser salvada gracias al explorador y botánico checo Alberto Vojtech Fric (1882-1944), quien llegó al Paraguay pocos años después y pudo recuperar todas sus pertenencias.
Robert Lehmann-Nitsche, después de la muerte de Boggiani, publicó una serie de 100 tarjetas postales sobre estos originarios paraguayos, que incluía un suplemento reservado de 12 desnudos especiales para científicos.
Eric Courthès, otro enamorado de Paraguay
Courthès cuenta que se considera un enamorado más del Paraguay. “Me encanta este país porque es una utopía real, la sencillez de su gente y la bienvenida que le da a los extranjeros como yo” expresó emocionado el escritor. “Me enamoré de Paraguay primeramente porque Augusto Roa Bastos me abrió las puertas de su casa, y segundo porque a mi sus obras me fascinaban”. Recordó que la segunda vez que entrevistó a Roa Bastos (2003) le pasó algo increíble que nadie puede creer: “Estaba yo saliendo por el umbral de la puerta, luego de 3 horas de entrevista, cuando él (Roa Bastos) me toca el hombro y me dice ‘acá tenemos al hijo del hombre’ y desde esa vez quedé asombrado con su persona”, seguidamente me ‘invitó a un asado’ a la noche, dijo emocionado Eric.
“Y otra razón por la que me gusta Paraguay es porque, hay que admitirlo, las ‘kuñatai’ aquí son muy hermosas y amorosas”, dijo el escritor al referirse a las mujeres paraguayas.