Cada 28 de mayo se celebra el Día del Perro sin Raza, una fecha para reconocer y valorar a esos compañeros leales, únicos e irrepetibles que, sin pertenecer a una línea genética “pura”, llenan de amor los hogares.
Los perros mestizos, “Delmer” o “sin raza”, son el resultado de una maravillosa mezcla de orígenes, esa diversidad genética les da una especie de “superpoder” que muchas veces los hace más resistentes a enfermedades hereditarias y con menos necesidades médicas que algunos perritos de razas puras.
Además, su personalidad es tan variada como su apariencia: hay mestizos juguetones, tranquilos, guardianes, mimosos, obedientes y también argelados... pero todos tienen algo en común: una inmensa capacidad de dar amor y gratitud. Muchos de ellos provienen de situaciones de abandono o maltrato, y sin embargo, al encontrar una familia, devuelven afecto multiplicado.
Los perritos de puro corazón no se complican mucho, se hallan en diferentes entornos, se adaptan a convivir en casas como en departamentos, claro que si son de gran tamaño necesitan un patio amplio. Estos sabuesos son inteligentes, observadores y muy fieles si le das amor y cuidados.
Adoptar un perro sin raza también es un acto solidario: se salva una vida, se apoya la lucha contra el abandono y se libera espacio en refugios que muchas veces están desbordados. Es elegir con el corazón y comprometerse con la tenencia responsable.
En este día especial, rendimos homenaje a esos perros con mil mezclas y un solo objetivo: amar sin condiciones. Porque no tienen raza, pero tienen carácter. No tienen pedigree, pero sí historia. No llenan vitrinas de trofeos, pero sí nuestros días de momentos inolvidables.