Separarlas no fue nada fácil. Sobre la avenida Paraguay, en Salto del Guairá (Canindeyú), dos mujeres armaron un escándalo frente a una bodega.
Mientras ellas se trenzaban a golpes, un guardia y otras dos chicas intentaban calmarlas como podían. En el video compartido por el portal Salto Chisme se ve clarito cómo fue el moquete.
La señora del topcito y pollerita blanca terminó recibiendo varios golpes de la otra, que llevaba short y remera negra. Según las personas que estaban por ahí, todo pasó cerca de las 21:45 del sábado y el motivo habría sido un ataque de celos.
Cuentan que una de las doñas empezó a bailar de manera bastante provocativa muy cerca de la pareja de la otra. Eso bastó para que la señora, que estaba con su novio, se enoje de golpe y vaya directo a encararle.
Las imágenes muestran cómo ambas se reparten golpes y se estiran del pelo. En medio del barullo, el guardia también terminó ligando una cachetada sin querer.
La música estaba a todo volumen y varios curiosos alentaban, gritaban y grababan la pelea.
EXTRA conversó con el comisario Hugo Contreras, jefe de la comisaría Primera de Saltos del Guairá. Contó que recibieron una llamada avisando del descontrol, pero cuando llegaron ya no quedaba pelea que intervenir. “El guardia ya les había calmado, estaban otra vez sentadas, tranquilas, como si nada”, señaló el jefe policial.
No hay denuncia
Sobre si querían denunciar, Contreras explicó que ninguna se acercó a la comisaría.
“No hubo ninguna denuncia”, afirmó, agregando que las mujeres “se hincharon” nada más.
En cuanto al motivo del lío, dijo que la versión que recibieron coincide con lo que aseguraron los testigos. “Fue más un forcejeo, nadie salió lesionado”, aclaró. Vecinos aseguraron que no es la primera vez que se arman discusiones frente a bodegas de esa zona, sobre todo los fines de semana.
¿Y el marido?
Mientras las señoritas se decían de todo, el marido no apareció por ningún lado. La que parecía ser la novia (vestida con remera blanca y short) fue la que más se plagueó, lanzando golpes y gestos de enojo, aparentemente apuntando hacia su pareja, que decidió quedarse en la mesa en vez de intervenir para separar a las mujeres.