ÚNICA FOTO
Su madre (la señora con bolso), junto a su papá (el de kepis) y su hermana mayor (la niña).
Ni gatear aún podía la pequeña Sixta cuando su mamá desapareció, en una fría mañana. Sus ojitos, llenos de inocencia, vieron a la doña alejarse para nunca más volver. Con la excusa de buscar trabajo, Isidora Roa Franco dejó su hogar y a sus dos hijas: Sixta de 3 meses y Élida, la mayor, al cuidado de la abuela materna, quien tampoco conocía el plan.
Hasta los 12 años Sixta vivió allí, en la humilde vivienda ubicada en el km 22 de Minga Guazu, Alto Paraná, aguardando en la puerta, día tras día, la llegada de su progenitora. “Hace 40 años que espero que mamá regrese”, dijo con voz entrecortada. “Ni siquiera conozco su rostro, ni recuerdo su olor, la necesité toda mi vida, la necesito ahora”, agregó.
TRABAJADORA
Aquella niña ahora tiene 40 años, vive en Loma Pytã, Asunción, y trabaja como vendedora en el Mercado 4, mientras que su hermana vive en Brasil.
El papá de Sixta, don Ignacio Mereles, quien ya falleció, nunca habló del tema. “Se decía que ella se fue porque papá ya tenía otra”, lamentó.
Paradójicamente, desde adolescente empezó a trabajar como niñera, lo que le recordaba aún más el dolor de haber sido abandonada, hasta que fue adoptada por el hermano de su papá, Adrián Mereles, y la hermana de su mamá, Delfina Roa, quienes terminaron casándose. Aún así, Sixta necesitó siempre el cariño y contención de ña Isidora, su madre, quien tendría entre 58 a 60 años.
“Nadie puede llenar ese vacío que ella dejó, quiero conocerla, sin reproches”, remarcó. La mujer agradecerá cualquier información sobre su mamá y dejó este número: 0985-962083