23 abr. 2024

Fue su última sesión de quimio y sus amigos le hicieron fiesta en el hospital

“Muchos no lograron tocar la campana”, contó Aurelia Arévalos que fue diagnosticada con un cáncer muy agresivo.

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Aurelia Arévalos fue recibida con globos y carteles por sus familiares y amigos.

Aurelia no podía ocultar su felicidad, era su última sesión de quimioterapia de las 16 que debía someterse en el Hospital Regional de Ciudad del Este, Alto Paraná.

La noticia fue divulgada en los grupos de WhatsApp de amigos y familiares quienes se organizaron para darle una sorpresa.

Aurelia Arévalos, tiene 41 años, y fue diagnosticada con cáncer de seno triple negativo, en diciembre. El 9 de agosto de este año completó las sesiones y logró tocar la llamada campana de los sueños (significa que el tratamiento de cáncer culminó).

Con globos, carteles repletos de mensajes fortalecedores, gritos y música recibieron a Aurelia, que dio un emotivo discurso: agradeció a su esposo, a sus dos hijos de 11 y 3 años, a su madre y a los amigos que nunca la abandonaron, según contó.

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“A mí me diagnosticaron el cáncer el 23 de diciembre, me hice la mamografía de onda vamos a decirle. El 20 de diciembre me sacaron una muestra grande y el 23 de diciembre ya vino la noticia de que era un cáncer maligno muy agresivo que me tenía que hacer una mastectomía; el 10 de enero me hice la cirugía y el 22 de febrero inicié la quimioterapia”.

Cáncer maligno

Aurelia pasó por un doloroso proceso, perdió su larga cabellera, pero siempre estuvo acompañada de su familia. Al terminar su quimio comenzó con la radioterapia, cuyo tratamiento se está realizando en Asunción, desde hace dos meses.

“Muchos no llegaron a tocar la campana, todo ese proceso que yo estaba haciendo, que para mí era una victoria. Por más que no era la culminación de tratamiento, era culminar una etapa muy dura, porque la quimioterapia es dura, es algo que solamente las personas que pasan pueden decir cómo es” “Cuando te diagnostican cáncer, decís ´no, no voy a conseguir, me voy a morir´, eso es lo primero, mi fortaleza siempre estuvo en Dios y mi esposo que estaba ahí alejándome en todo tiempo; entonces tocar la campana para mí fue: llegué hasta aquí gracias a Dios quien me sostuvo y pude caminar en ese trayecto de seis meses, faltando unas cuantas sesiones, murieron”, manifestó Aurelia.

La esteña apela a la concienciación de las mujeres a quienes pide que se realicen un chequeo general por lo menos cada año.

Sus amigos no la abandonaron

“Quiero destacar dos cosas: Uno que por más fea que sea el diagnóstico, si le tenemos a Dios en nuestras vidas y le hacemos primero en todo, todo lo que viene se puede pasar, dolor pasa, el susto miedo pasa , la angustia pasa, los malos pensamientos pasa, todo si Dios está en nosotros. La segunda cosa es que muchos dicen que cuando te diagnostican estas cosas perdés amigos. Yo puedo decir totalmente lo contrario porque pude ver la fidelidad de Dios en cada una de las personas, amigos y hermanos que valen oro, todos muy pendientes de mí hasta hoy día”, concluyó.