Un incómodo momento vivió Paulo Servín, luego de ser echado de un minimarket al que fue para comprarse una botella de agua.
Cuando fue a la caja para pagar por el agua, la cajera le dijo que tenía prohibida la entrada porque supuestamente había robado un producto el día anterior.
Aparentemente, el sistema biométrico del local lo reconoció, por lo que tenía prohibida la entrada a cualquier sucursal de la empresa.
Indignado y sin su botella de agua, Servín tuvo que abandonar el minimarket.
Sin embargo, se puso en contacto con una conocida suya que trabajaba en el lugar para preguntarle sobre la situación.
Se confundieron
La empresa realizó las verificaciones de las imágenes de la cámara de seguridad y descubrió que se habían confundido de persona.
Finalmente, la empresa se disculpó con Servín, indicándole que podía volver a ir a los locales de manera normal.