“Una Navidad seca vamos a pasar este año”, dijo Rosa Domínguez, que junto a su familia están viviendo un calvario a causa de la fumigación con agrotóxico, por parte de un alemán que tiene su plantación de soja al lado de su chacra.
La joven contó a EXTRA que en setiembre empezaron los problemas, ya que ellos plantaron sandías y maíz para poder cosechar temprano, vender y tener dinero para las fiestas de fin de año, sin embargo, por culpa de este señor, ahora no tienen nada, ni gallinas pudieron criar, ya que el veneno les mató a casi todas.
“Este señor sacó todo el cerco perimetral que se debe poner cuando hay plantación de soja, por poco y no plantó en nuestro terreno luego y cuando fumigó se fue todo por nuestras plantaciones y mató todo, ni una planta de sandía quedó”, lamentó la joven, que vive en Cedrales, Alto Paraná.
Cuando su papá, don Alicio Domínguez se enteró, fue a ver sus plantaciones y regresó muy enfermo a su casa, ya que sufre de problemas del corazón y no debe de ponerse nervioso,
Custodia policial
“Denunciamos el caso en la comisaría, pasó a la fiscalía y recién debíamos de declarar el 19 de noviembre. En ese tiempo, mi papá estuvo muy enfermo y estuvimos por el hospital y no pudimos seguir la denuncia”, alegó.
Ahora el vecino volvió a fumigar. “Pasó otra vez veneno y tenía custodia policial, nosotros no somos los criminales, son ellos. Por qué la policía custodió al que echa veneno, nosotros no somos invasores, somos propietarios”, dijo.
Según la entrevistada, el doctor les dijo que su papá ya no debe estar expuesto a los agrotóxicos. Ahora debe hacerse fisioterapia respiratoria para luego hacer otro estudio del pulmón. Sin embargo, la familia ya no tiene dinero para cubrir los gastos médicos.
Piden ayuda
Ahora, ellos exigen al Ministerio del Ambiente que intervenga y vaya a ver que no existe ningún cerco perimetral como debe ser y que el agrotóxico les están matando. Además piden al dueño de las plantaciones de soja que se haga responsable por la pérdida de sus productos.
“Mi mamá compra pollitos y cría para que en estas fechas pueda vender huevos, pero ahora solo le quedó 8 gallinas de 100 que tenía, por lo que apenas en una semana logra juntar 8 huevos con suerte”, lamentó la joven.
La familia también habló con los alemanes, pero estos no quisieron ni ir a ver el perjuicio que hicieron al “regar” la soja con los productos tóxicos. “Yo les dije que fundieron nuestra plantación y que le vamos a denunciar, pero me dijo ‘hagan lo que quieran, yo estoy trabajando’ estos señores no respetan nada”, agregó.