18 jun. 2025

Familia lleva 14 años soportando ruidazos extremos en Villarrica

Local de equipamientos hace pruebas de sonido frente a su casa. “A veces lográs dormir dos o tres horas”, señaló uno de los afectados.

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Roberto Espínola (42) y su padre Saturnino (82) viven con miedo de que la casa se les caiga encima.

Gentileza

El estruendo que viene de la casa del vecino es tan fuerte que no hay forma de dormir.

Las ventanas vibran, las paredes rechinan y en el pecho se siente un retumbar constante, como si el ruido golpeara por dentro. Así viven Roberto Carlos Espínola (42) y su papá Saturnino Espínola (82), en pleno centro de Villarrica, Guairá.

Hasta se formaron grietas en las paredes

Desde hace 14 años conviven con las pruebas de sonido que hace el dueño de una casa de equipamientos. El local está frente a la vivienda de los Espínola, a 20 metros, y funciona como si estuviera en medio de la nada, sin respetar horarios ni descanso ajeno.

Cuando aparece un cliente, encienden los parlantes y revientan todo, según la denuncia.

“A veces lográs dormir dos o tres horas, y otra vez arranca”, contó Roberto a EXTRA.

Pero el más afectado es el anciano, porque la música retumba directamente en su pieza. Él está ciego y enfermo, y ya sufrió dos ACV. El ruido lo pone nervioso, no puede descansar y su salud empeora cada día.

Roberto presentó varias denuncias: en la comisaría, en la fiscalía y en la municipalidad. Llamó innumerables veces a la policía y siempre le “bolean”. Se van, pero “Nadie hace nada”, reclamó.

Ayer, un funcionario de la municipalidad fue al lugar, pero no encontró al dueño y se retiró sin actuar.

“Primero, cuando llamé, anotaron y dijeron que iban a venir, luego me hicieron anotar un número, donde les pasé los videos, pero no me hicieron caso”, manifestó.

Luego, a eso de las 9:00 (de ayer), cuando un funcionario de la municipalidad, por fin, se hizo presente, supuestamente le dijo a Roberto que no le van a servir de nada los videos, porque debe medir los decibeles de manera presencial.

“Esto ya no es vida”...

Piden solución antes que pase algo malo.

Mientras tanto, las rajaduras en la casa no paran de crecer, y con ellas también el miedo. Roberto decidió viralizar su caso en redes sociales. Dijo que esa es la única forma de que alguien lo escuche y vea el infierno que vive junto a su papá.

En las fotos que compartió, se ve claramente que la casa está al borde del colapso.

Hace años, cuando don Saturnino aún tenía fuerzas, mandó poner unas varillas en el techo para reforzar la estructura, pero con el paso del tiempo, las grietas se hicieron cada vez más grandes y profundas.

“Esto ya no es vida”, lamentó Roberto, visiblemente indignado, y pidió a las autoridades que actúen antes de que ocurra una tragedia.

Su mamá murió sin tener paz

Hace nueve años, la madre de Roberto enfermó gravemente y falleció. Sus últimos días los vivió entre el dolor y el ruido constante. “No tuvo un solo momento de paz”, lamentó el denunciante.

El problema no solo afectó a su familia, sino también a otros vecinos del barrio.

Ni los vecinos pueden dormir por culpa del ruidazo.

Con el tiempo, muchos decidieron mudarse porque la situación se volvió insoportable. Roberto contó que intentaron dialogar con el dueño del local, pero nunca obtuvieron una respuesta favorable.

Si estás atravesando algo similar, no te calles. Podés llamar al 911 o acudir a la comisaría más cercana.

La música suena a cualquier hora del día, no hay horarios, denuncian.