La bala que recibió Richard Pereira en la nuca destruyó su médula espinal. Los médicos aseguran que quedará paralizado de por vida, desde la cintura para abajo; pero Richard no lo sabe. “No le permitimos ver noticieros, solo películas. Le dije que su proceso de recuperación durará 3 a 4 años y que será difícil. También le saqué el celular, está prácticamente incomunicado en su pieza. Es lo mejor por ahora”, expresó su papá, quien lleva el mismo nombre.
Para paliar los gastos de la familia, un grupo de vecinos realizó ayer una tallarinada en la casa del joven. El mismo quedó parapléjico a causa de un disparo realizado por el suboficial Jhonie Orihuela, de la Comisaría 4ª.
Cientos de personas, con vianda en mano, formaron una fila que casi dobló la esquina de la casa. Todos esperaban su turno para llevar una cargada porción de tallarín con abundante salsa de carne. Pero la verdadera intención era solidarizarse con Richard, muy querido en el barrio y en el Mercado 4, donde trabajaba.
“No sé qué haría sin ellos. Mis vecinos, sus amigos y compañeros de trabajo me ayudan con todos los gastos. Ayer, en un abrir y cerrar de ojos, gastamos casi G. 1 millón. Él es atendido por un urólogo, un médico clínico y un neurólogo. Todos nos recetan medicamentos muy caros”, dijo el papá.