Las camionetas de los jueces Aniceto Amarilla y Mirian Meza quedaron cubiertas de harina y huevos luego de que un grupo de escrachadores reclamara la supuesta anulación de una sentencia de 10 años de cárcel a un expolicía por abusar de su hija desde los 3.
Según explicó Amarilla, se trató de una confusión, dijo que no fue ninguna anulación de condena como primeramente se entendió.
“El año pasado se estudió el compurgamiento de pena mínima y fue lo que se aprobó aquella vez. Siguió el proceso y se le condenó. Está libre porque la condena debe estar firme y ejecutoriada. Otro juez de ejecución dispone la prisión”, aseguró el magistrado.
La jueza Meza, por su parte, denunció haber sido agredida durante el escrache.
“Estoy saliendo del centro de salud local, luego de la agresión física sufrida, no sé con qué elemento me agredieron. Tengo escoriaciones múltiples en ambas rodillas, cuello y cara. Se me inflamó el rostro y el brazo golpeado. Me saqué todas las fotos y me hice el diagnóstico y me aplicaron y recetaron antiinflamatorio. Realmente después de esto no sé qué vendrá. Yo fui la primera en salir del cautiverio en que nos tuvieron y por mi condición de mujer y no tan rápida como Aniceto me agarraron a mí”, escribió la magistrada.