Días atrás, en el patio de la casa del papá de Aracelli Cuevas, encontraron a un gato muerto. La familia se llevó el susto de su vida porque creyeron que se trataba de una de las mascotas mimadas de la casa.
La confusión se generó porque el pelaje era muy parecido, aún así la indignación se apoderó de ellos, ya que todos los síntomas apuntaban a que el animal había sido envenenado.
El hallazgo reabrió nuevamente el dolor que Ara sintió cuando hace un par de años perdió a tres de sus “michis”.
“Todos murieron envenenados, y yo sé que fue uno de los vecinos, pero lastimosamente no tengo pruebas”, contó.
La joven, quien vive en el barrio Vista Alegre de Asunción, dijo que no se explica cómo hay personas que puedan dañar a animales tan indefensos como los perros y gatos.
“Me indigna tanta maldad de la gente”, reaccionó.
Pasacalles
El amor por los animales no permitía a Aracelli quedarse de brazos cruzados, por lo que decidió hacer algo para advertir a los vecinos sobre lo que estaba pasando.
Mandó colocar dos pasacalles. “Cuiden a sus mascotas”, dice uno de los carteles y en el otro se puede leer la ley que protege a los animales.
“Espero que con esto el vecino al menos tenga cola de paja y se dé cuenta de que matar a un animal puede tener consecuencias”, advirtió.
Los carteles fueron puestos sobre las calles Bartolomé de las Casas y Caazapá.