“Che disculpa-na señora, epoina che hegui señora, por favor” (discúlpame señora, deja que me vaya señora, por favor), se escucha decir a una joven adicta, mientras la policía la llevaba a la Comisaría luego de entrar a robar en una casa.
La joven, de unos 25 años, mantiene en zozobra al barrio de Cañada San Rafael, de Luque, pues cada noche entra en casa de los vecinos a robar ropas, sillones, elementos de limpieza, entre otros, además de asaltar a los pobladores amenazándolos con un destornillador para que les entregue los celulares.
“Siempre se denuncia, le atrapan, pero luego la dejan libre otra vez y no da gusto, porque perjudica a los vecinos. La señora que la denunció ahora, es la segunda vez que entra a su casa, pero esta vez le pilló y le pegó muchísimo con un pedazo de rama y llamó a la policía”, contó Eugenia Mendiola, vecina de la zona.
La señora indicó que la mujer es adicta y cuando consume no conoce a nadie, tiene una pequeña hija que le sacaron y la menor vive con la abuela. “Cuando está sobria es buena, suele pedir comida y los vecinos le dan, pero cuando se droga ya no hay caso con ella”, refirió.