Antes de que salga el sol, muy temprano, don Jorge Báez (46), un hombre que quedó con secuelas tras sufrir un derrame, sale de su casa con su canasto lleno de chipas para recorrer y venderlas en varios barrios de Encarnación a fin de llevar el pan de cada día en la mesa de su hijo de 10 años.
En medio de su desgracia, el chipero había quedado viudo, debido a que su esposa falleció hace unos meses por cáncer. Jorge ya es conocido por su amabilidad por sus clientes, ya que recorre la zona del centro de fronteras desde hace 25 años.
El niño también ya se dedica a vender chipa para ayudar a su papá, lo acompaña en todas partes, debido a que don Jorge quedó con la secuela de realizar movimientos involuntarios todo el tiempo o síndrome de Párkinson y problemas en el habla.
Jorge mencionó a Resumen Informativo que lamentablemente desde hace unos meses la venta no es tan buena, pero que sigue, ya que no hay otra forma de poder salir adelante. Pidieron a los encarnacenos comprarles sus productos, ya que ellos no lo hacen por riqueza, sino para poder comprarse comida.
Si alguien desea ayudar a esta familia, puede comunicarse con ellos al (0992) 529 029.