La mujer debía entregar su guardia en la mañana de ayer pero fue encontrada muerta en la sala del quirófano. Una enfermera identificada como Claudia Rossana Ríos, de 43 años, fue encontrada muerta en una sala del área del quirófano del Hospital de Barrio Obrero, ayer cerca de las 07:00.
Funcionarios de blanco debieron forzar la puerta de la sala, donde la mujer estaba acostada en un sillón, con una jeringa, una goma para atar y una ampolla sobre una mesa. Además encontraron restos de vómito.
La mujer trabajaba hace 15 años en el centro asistencial. Ríos ingresó a las 19:00 del sábado teniendo que entregar su guardia el domingo a las 07:00. La médica forense, Viviana Acosta, determinó que la enfermera se inyectó el medicamento entre las 22:00 y 23:00 del sábado.
De acuerdo con sus familiares, la trabajadora sufría fuertes dolores en la espalda, los hombros y el cuello.
“Se aplicó la dosis completa cuando tenía que ser la mínima. Ella sabía que podía perjudicarle. Eso es lo difícil de explicar”, manifestó el fiscal Alcides Corvalán. La enfermera sufrió una sobredosis de un medicamento llamado “Fentonilo”, un analgésico incluso más potente que la morfina.
ANTECEDENTES
En otra oportunidad Ríos se inyectó un analgésico que ya la llevó a desmayarse en su dormitorio por lo que fue auxiliada por parientes. En tanto, Corvalán indicó que la trabajadora llevaba una vida normal y tranquila junto a su familia. “No podría decir que se trata de un suicidio porque aparentemente ella estaba bien”, expresó el fiscal.