Cuando el sol se escondió en el horizonte, los pescadores lanzaron ayer al agua sus redes para esperar que, durante la noche, pique algún que otro pez, en la zona de Piquete Cué, Limpio. Mientras tanto, a dos kilómetros, la Prefectura Naval ponía fin al quinto día de búsqueda de los miembros de una familia que desapareció en las aguas del Río Paraguay.
Venancio Argaña y sus primos Antonio, José Félix y Daniel Mendieta Argaña fueron estirados por la corriente en la siesta del domingo último, cuando hacían pesca deportiva. Venancio fue el primero en ser encontrado en la mañana del lunes en zona de Zevallos Cué. En la siesta de ayer, apareció uno de los hermanos.
Antonio Mendieta Argaña tenía todavía su billetera, sus llaves y su celular en los bolsillos. Su cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y el rostro ya carcomido por los peces. “Los buzos revisan primero una parte, luego otra y van descartando posibilidades. Se esperaba que los cuerpos floten, pero no pasó. Entonces ahí había que rastrear otras zonas y fueron por las barcazas a varadas. Después pasaron a otras que están activas en el agua”, comentó a EXTRA la fiscal Elena Fiore.
Explicó que con una remolcadora movieron la barcaza, luego de que los buzos recorrieran todo el alrededor. “Con el movimiento de las barcazas salió a flote al que le encontraron”, acotó al respecto el suboficial Wilson anastacio Aguiar Melgarejo de la Naval.
“Los familiares querían que se busque a todos ya ayer y velar en un solo acto, pero la verdad es que no tenemos el suficiente equipamiento. A oscuras trabajan los buzos porque no tienen visores. La verdad es que no tenemos ni equipamiento para este tipo de situaciones. Es muy improvisado todo lo que tenemos que hacer”, refirió la fiscala asegurando que era demasiado peligroso seguir buscando de noche.
El siguiente hallazgo ya fue en la mañana de hoy, entre los agujeros de la red de un pescador quedó trancado José Félix, a dos kilómetros agua arriba de donde fue hallado su hermano. El único que continúa desaparecido es Daniel, de 44 años. Él fue quien avisó a sus parientes que quedaron sin combustible en su lancha y que estaban regresando a remo.
Familiares contaron que la situación fue muy dura para la familia porque perdieron a cuatro miembros y no estaban preparados para los gastos de sepelio. Sin embargo, mencionó que recibieron el apoyo de políticos de la zona para poder solventarlos.
La fiscal Fiore refirió que analizarán cómo se hacen los controles de las barcazas que están a flote en medio del agua. “No sé cómo ellos regulan esa cuestión porque es muy peligroso, es una zona utilizada por muchos pescadores que van a hacer pesca de ocio”, apuntó.