La bata le llamaba la atención, siempre; el niño jugaba a ser enfermero. Los pasillos de un hospital no le resultaban tan tediosos, el uniforme blanco para él representaba servicio, vocación, amor.
Pronto, Richi Gómez dimensionó el gran valor que tenía su sueño y, lejos de asustarse, empezó a trabajar en ello.
Con escasos 13 años, inició haciendo camino a esa tan ansiada meta: ser un profesional de la Salud. A esa corta edad, empezó a trabajar como empaquetador en un supermercado y fue así, que el adolescente a medida que cargaba las bolsas, cargaba sus ganas.
Richi nunca decayó, pese a que no cobraba un salario mensual. La gente le daba propina y, sin saberlo, esperanzas.
El joven pasó allí horas y horas trabajando con la mente puesta en su objetivo. Una década entera lo vio crecer, tropezarse y levantarse con más fortaleza que cansancio.
Finalmente, tanto esfuerzo dio sus frutos. El muchacho se recibió de licenciado.
“Es hora de publicar lo que jamás le comenté a nadie, a los 13 años empecé a trabajar de empaquetador de supermercado y hoy cumplo 10 años de seguir trabajando en este maravilloso trabajo, en nombre de todos los empaquetadores les quiero decir que nosotros también podemos”, posteó en su cuenta de Facebook.
Gómez comentó que no fue nada fácil y pidió que alguna vez el sistema cambiara y los que se dedican a ese oficio puedan percibir un merecido monto.
“Si uno quiere, puede llegar al objetivo, deben seguir y jamás rendirse, oficialmente soy licenciado en Enfermería, pero esto recién es el comienzo, Richi no para, no señores”, agregó .
El joven planea obtener otros títulos el próximo año.