La muerte del sacerdote paraguayo Basilio Brítez, más conocido como el “Padre Bachi” o “Cura Villero”, en Argentina, donde hizo su servicio pastoral por muchísimos años, no solo vistió de luto y llenó de lágrimas a los argentinos. El Papa Francisco también manifestó ayer su dolor por su fallecimiento y lo llamó “el mártir de los pobres”.
El “cura villero”, oriundo de Villarrica, se había contagiado de coronavirus en junio cuando fue internado con un paciente con sospecha de la enfermedad y murió la semana pasada por un cuadro respiratorio grave.
“Rezo por el Padre Bachi, por su obispo, por el pueblo fiel al que dedicó su vida, por vos y todos los curas villeros. Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los cuide”, expresó su Santidad en una pequeña carta escrita a puño y letra que envió al obispo auxiliar de Buenos Aires y delegado para la Pastoral de las Villas y barrios de Emergencia, Monseñor Gustavo Carrara.
Así también pidió fe y templanza ante “tan grande pérdida”. Según algunos medios argentinos, los pobladores de la Villas de la Capital y “Gran Buenos Aires”, lugares donde trabajaba el el Padre Bachi con personas en extrema pobreza y jóvenes en situación de adicción.
“Bachi amaba a la Virgen de Caacupé, patrona de su tierra natal: el Paraguay. Bachi nació en Villa Rica en 1968. Vino a la Argentina en 1971 junto a su padre zapatero y su madre empleada doméstica y se instaló con su familia en una villa cerca de las Barrancas de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires”, explicó el Padre Carrara.
Dolor nacional
La vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, lamentó el fallecimiento del párroco paraguayo y lo recordó con una foto junto al ex presidente Néstor Kirchner.
La política argentina lo consideró como un “incansable luchador social” y “agente de paz” del vecino país.