Adornando y poniendo chusco al Divino Niño Jesús estaban ayer los miembros de la familia Barreto-Duarte, del barrio San José Obrero de Capiatá, Ruta I. Hace un año les tocó vivir un momento de desesperación, pues su hijo Nick, de 10 años, cayó repentinamente en su práctica de fútbol y entró en coma.
“Recuerdo que el doctor me dijo que mi hijo tenía solo 20% de esperanzas de sobrevivir, le dije ‘haga lo que está en sus manos’ y que el milagro lo hará Dios. Le encomendé la vida de él al Divino Niño Jesús y a los tres días mi pequeño futbolista se recuperó y salió de coma, ni los médicos creyeron”, contó la mamá Sandra Duarte, quien hasta ahora no sabe qué fue lo que le pasó al pequeño.
Los doctores dijeron que el chico tendría alguna secuela y no volvería a jugar. Sin embargo, a un año de aquel episodio, Nick volvió con su equipo y juega sin ningún impedimento. “Hasta ahora sigue su tratamiento, pero gracias a Dios y al Divino Niño goza de buena salud”, refirió la señora.
“Cuando salió de coma me contó que él se fue al cielo y vio a muchos bebés con coronas de oro que le decían que se despierte”, recordó. Acotó que Nick es devoto del Divino Niño desde chiquito. Es que al nacer había sufrido convulsiones y se encomendó a él.
“Es un promesero que se viste del Niño Jesús cada año y sale así a la procesión”, contó la mujer. Hoy, la tradicional procesión será a las 15:00 y la misa a las 18:00, en la Capilla San José Obrero.
