Desde que alumbran los primeros rayos del sol hasta que anochece, Nina Gnap, una joven doña de San Ignacio, Misiones, trabaja en su enorme huerta, donde planta y cosecha de todo. Solita, en la mayoría de los casos, con la azada en mano remueve la tierra y planta sus hortalizas.
La doña es tan guapa que ella misma produce su propio alimento e incluso abastece con sus productos con muchas familias de la zona. Pese a pandemia, pudo chulear a la crisis con sus verduras.
“Yo siempre digo que no hay suelo que no sirva, solamente es cuestión de trabajarlo, darle un poco de amor y cualquier canchita de vóley te va servir, lo importante es tener ganas, los demás la naturaleza nos otorga todo no es necesario ni contar con mucho dinero para una huerta familiar, ya que el abono se consigue en la misma madre tierra”, dijo a Sur Noticias la mujer.
Nina alentó a los jóvenes a producir sus propios alimentos y que tomen como pasatiempo la horticultura. “Menos piki vóley y más verde, todos somos responsables de nuestra naturaleza, no solo culpar a otros mientras no hacemos nada”, publicó en su cuenta de Facebook la doña.
Pidió aprovechar el tiempo libre en producir más y quejarse menos de los problemas que pueden rodearnos.