Desde hace más de 30 años, don Buenaventura Acosta (68) dedica su vida a realizar una labor no muy preferida, pero necesaria, en el cementerio municipal Santo Domingo de Encarnación. Sus días enteros las pasa en el camposanto limpiando y encargándose del entierro de los fallecidos de la zona, no obstante, relata que desde hace unos meses todo se volvió difícil para él.
El trabajador relató que a pesar de los años que ya sirve en el lugar, nunca consiguió un sueldo de la municipalidad, por lo que vive de la “propina” de los familiares que acuden a él para enterrar a sus fallecidos. Afirmó a TVS Encarnación que no es nada fácil el trabajo, ya que, además de recibir maltratos, los clientes se niegan a pagarle o le regatean hasta más no poder.
“Muchos no quieren pagar por enterrar a los fallecidos, me piden descuento o le piden a un concejal que hable conmigo o que me pague”, señaló Acosta, quien pidió a los pobladores de la zona que sean empáticos con su trabajo.
Debido a que hay días enteros que no gana nada, apeló a la ayuda de la ciudadanía, así también reiteró que su servicio vale los G. 300.000 que pide a la gente.