Dicen que el amor no tiene barreras… tampoco barrotes, y con los años se hace más sólido, más fuerte y por más dificultosa que pueda resultar la vida, siempre triunfa. Es el ejemplo que dieron Helen Cristi Sosa y José Aguiar.
Luego de años de relación, tres hijos y muchas situaciones complicadas que les tocó vivir, Helen y José se unieron en matrimonio en el Centro Penitenciario de Mujeres “Serafina Dávalos”, de Coronel Oviedo.
La historia de Helen y José empezó cuando los dos paraguayos migraron a España, cada uno por su cuenta, y sus caminos se unieron trabajando en el mismo restaurante. Empezaron siendo amigos, pero con el tiempo se enamoraron y empezaron su relación, de la cual nacieron tres hijos, dos mujeres y un varón.
Pasó mucho tiempo hasta que juntos decidieron regresar al país esperanzados de darle a sus hijos un futuro en su propia tierra, pero por esas cosas raras de la vida, un tropiezo los separó por un largo periodo. La tentación del narcotráfico pegó fuerte a Helen, fue detenida y condenada a 6 años y 6 meses por vender droga. La condena se cumple en 4 años más.
Actualmente trabaja como voluntaria en la cocina del centro penitenciario, en la preparación de alimentos para sus compañeras. Su amigo, compañero y hoy esposo José la acompañó en todo este tiempo, junto a toda su familia, confiados en una pronta redención.
La pareja tuvo siempre la ilusión de unir su amor en matrimonio, pero las circunstancias de la vida, les obligó a postergar una y otra vez ese anhelo. Hasta que decidieron hacerlo en el centro “Serafina Dávalos”, que se vistió de fiesta ayer.
Fueron testigos de la ceremonia la Lic. Judyd Franco, directora del centro penitenciario; Hugo Monges, jefe de Talento Humano; Disnardo Almada y Toribia Aguiar. Presidió el acto la oficial de justicia Mirta Céspedes Laterza. También participaron como invitados las mujeres privadas de libertad y funcionarios.