En el Día del Trabajador se festeja o se festeja, pero no todos tienen la suerte de disfrutar en grandes farras organizadas por la empresa.
El entusiasmo está a flor de piel y más desde el anuncio del fin de semana largo. Sondeando con lectores de Extra, nos enteramos que estas serán las principales formas de farrear:
1-La gran farra: Las empresas con muchos empleados invitan a una gran fiesta. Hay comida y chupi a discreción, además de regalos y premios.
“Se están organizando a lo grande, será en un salón de eventos. Todos los departamentos de trabajo están preparando una coreografía porque habrá concurso y el ganador lleva G. 2.000.000”, dijo Silvia Melgarejo.
2-La vaquita: Los vendedores ambulantes, trabajadoras del mercado, mecánicos y otros laburadores organizan su propia fiesta.
Colaboran la platita para comer asado y tomar cerveza. En este equipo no hay piratas.
“En el taller (de carpintería) somos cuatro no más. Vamos a trabajar el sábado hasta las 15:00. Después ya le aplicamos asadito o choricitos, lo que alcance. Después chupi a full toda la noche”, dijo Alberto Candia, Lambaré.
3- Los jopy: También hay empresas que no organizan festejos para sus empleados.
A lo sumo ofrecen un receso para compartir unos bocaditos con gaseosas y luego seguir trabajando. Y bueno, “algo es algo”, dicen por ahí.
4-Los exigentes: Algunos jefes son muy estrictos con las celebraciones organizadas por la empresa y la asistencia es obligatoria.
“Yo trabajo en una empresa de créditos. La fiesta es en una churrasquería, se hicieron reservaciones y todo eso. Sí o sí tenemos que irnos, da gusto, pero todos nos sentimos un poco presionados porque están los dueños”, dijo Cristian Martínez.
5- Durante el día: La empresa organiza la fiesta en una quinta y durante el día.
Hay asado, chupi, piscina y canchas de fútbol y volley. Los funcionarios públicos también organizan estos tipos de encuentros en sus asociaciones.
6- Crea pleito: Algunas fiestas del Día del Trabajador crean problemas en la casa porque solo son para empleados y las parejas también quieren asistir.
Dicen que cada vez hay menos farras donde el funcionario puede ir acompañado. Por esta razón muchos no tienen permiso para asistir. Los altos jefes son los únicos que siguen llevando un invitado.