
Durante la convención colorada aprobaron pecheo general a todas la autoridades electas del partido. El mismo consiste en el 5% del salario de cada uno. Dentro de la nueva reglamentación interna del Partido Colorado se dispuso la obligación de desembolsar el “diezmo”, que incluye a autoridades electas y asesores. Se presume que entre estos también estarían incluidos los ministros y directores de Binacionales.
El dinero será administrado por la Junta Nacional Republicana; una de las mociones apuntaba a que el dinero sea destinado al sostenimiento de las seccionales en todo el país.
Los que más aportarán son los presidentes de las binacionales, quienes tienen un sueldo promedio de 90 millones de guaraníes. En el caso de Cartes, no se sabe aún cómo hará su aporte, ya que la totalidad de su salario dona a una fundación. ¿Igual va a pagar?
La gran pregunta se dirige hacia los ministros que no son colorados, como De Vargas.
NO ROTUNDO
Uno de los puntos candentes de la reunión era el que se pueda dar apertura a la posibilidad de alianzas electorales durante las elecciones municipales, que tuvo el no rotundo de la mayoría de los convencionales. Uno de los que defendía dicha posibilidad era Justo Cárdenas, que fue abucheado durante distintos periodos de su discurso defendiendo la posibilidad que, según él, serviría en los municipios donde al coloradismo le cuesta liderar. Los que estaban en contra le silbaron, abuchearon y hasta le gritaron “vendido” a su correlí.
CALÉ NO SALÍA
El senador, que hasta último momento quería presidir la convención, no salió a ocupar su lugar en la explanada hasta que Lilian se levantó de la mesa principal, que luego fue ocupada por Clemente Barrios. Calé estaba en el local del partido, pero encerrado en una de las salas de reuniones esperando su momento.
Una vez en el sitio, fue notorio que hay un distanciamiento entre dos grandes sectores: los cartistas estaban todos a la derecha del escenario y los anti cartistas estaban a la izquierda. Ni siquiera se miraban entre ambos grupos.