05 dic. 2025

Desconocido se metió en su cama, la manoseó y le robó todo: “No pude hacer otra cosa que rogar por mi vida”

El hombre le dijo que ya le venía controlando desde hace tiempo y que lo estaba haciendo por encargo.

595119383_10239962978441431_8099543480480494695_n.jpg

La cara del tipo quedó grabada en las cámaras de seguridad.

Fue alrededor de las 2:30 de la madrugada de ayer cuando Rebeca Ayala, que dormía profundamente en su pieza de un departamento céntrico (sobre calle Oliva casi Montevideo), se despertó de la peor forma. Cuando abrió los ojos, encontró a un extraño encima suyo.

El tipo entró a la pieza sin hacer ningún ruido, le puso una mano sobre la boca sin dejarla respirar y la amenazó directamente: “Si gritás, te acuchillo en el cuello”. Según relató la víctima, el hombre la agarró con fuerza y no le dejó moverse para escapar. La pesadilla duró cerca de 40 minutos, en los que el desconocido la manoseó, la golpeó y hasta intentó asfixiarla.

Durante el ataque, el agresor le dijo que alguien le mandó hacer eso y que él ya la venía controlando desde hace un tiempo, por lo que sabía que Rebeca vivía sola y que tenía dinero guardado en la habitación. Incluso, según el relato de la mujer, el hombre le comentó que había otra persona esperándolo en la calle para huir juntos tras el asalto.

“Me tocó partes del cuerpo, intentó asfixiarme con su mano y con la almohada también y me golpeó con mi propio celular en la cabeza. No pude hacer prácticamente nada, más que quedarme quieta y rogar en silencio que no me haga peor daño”, relató la joven, aún en estado de shock.

Como si fuera poco, el atacante logró robarle el dinero que tenía destinado para pagar el alquiler y una tarjeta bancaria. Intentó llevarse también su celular, pero en un momento de desesperación ella lo empujó, el teléfono cayó al piso y aprovechó para gritar. En ese instante, corrió hasta la habitación de su roomie para pedir auxilio.

Huyó como si nada

El hombre, que tenía un fuerte olor a alcohol, saltó por una ventana del departamento y se fue caminando con total tranquilidad, como si nada hubiera pasado. Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio. Rebeca aseguró que no conoce a su agresor, pero quedó aterrada al escuchar que supuestamente alguien más estaba involucrado.

Más tarde, decidió contar públicamente su experiencia a través de sus redes sociales, donde expresó:

“Sufrí poco daño físico, pero el mental es el peor. Quiero volver a sentirme segura y tranquila”.

El caso ya fue denunciado y la Policía analiza las imágenes de circuito cerrado para intentar identificar al agresor.