
Durante 27 años, Vicente Sanabria se dedicó a trabajar como chofer de colectivo. Tenía un sueño que, cuando joven, no lo pudo concretar: convertirse en abogado. Hoy, décadas después, ese sueño se cumplió y de una manera muy especial.
“Fueron momentos muy difíciles, yo era joven y rápido formé una familia, por lo que me fui a trabajar como chofer en la empresa de Paraguarí por 10 años”, recordó. Cuando llegaron sus dos hijas, el sueldo ya no alcanzaba y decidió volver a su querido barrio San Pablo (Asunción), de donde es oriundo.
Allí nuevamente se dedicó a manejar un micro, esta vez, en uno de la desaparecida Línea 25. Prestó servicios en esa empresa durante 17 años, hasta que la compañía quebró. La situación en ese momento no fue fácil. Vicente tenía dos hijas y una esposa que dependían de él. “Mi hija mayor decidió irse a España para buscar un mejor futuro, ahí mi vida se derrumbó”, relató.
Por esas cosas de la vida, encontró rápido otro trabajo, con una persona que lo ayudó a superarse incluso profesionalmente. El 16 de septiembre, luego de retomar los estudios después de 30 años, Sanabria se recibió de abogado y con honores.
Tomó el desafío de volver a una universidad a pesar de todos los obstáculos. “La materia que más me costó fue Derecho Romano, porque es largo”, contó entre risas. El hombre de 56 años fue galardonado con una medalla de oro y una beca completa para estudiar Didáctica. Con esta especialización, más adelante, podrá enseñar en universidades. “Mi eslogan de ahora en más es ‘ser el defensor de los pobres’”, remarcó.