De repente una luz lo encandiló. Con los ojos semicerrados, intentó ver qué era aquello, y ya se encontró con el vaivén de un filo de un enorme machete y una voz amenazante se acercaba a él hasta acorralarlo.
Eran las 3:00 de la mañana de ayer, el suboficial Esteban Barbera ya estaba en la parada de micro en el kilómetro 18 de la ruta II, en Capiatá. A las 6:00 tenía que tomar su turno en la Comandancia que se encuentra en el centro de Asunción, pero dos delincuentes truncaron su rutina matutina.
Reaccionó
“¡Dame todo lo que tenés!”, repetía uno de los motochorros que se bajó a asaltar al suboficial, mientras abanicaba el machete con la intención de herirlo y poder llevarse, quizás, un jugoso botín. Pero el malevo no contaba con que su blanco pertenecía a las filas policiales.
“Me sorprendí de lo que estaba ocurriendo. Y solo primero retrocedí. Me pidió todo lo que tenía. Miró mi riñonera y me pidió todo lo que tenía ahí”, relató el uniformado.
Ante el constante acoso con el arma blanca del delincuente, Barbera ya no tuvo otra opción que desenfundar su arma reglamentaria y disparar dos veces contra su atacante, quien cayó al suelo bañado en sangre.
Según el reporte policial, el mismo suboficial se quedó en el lugar para llamar al 911 y que sus camaradas pudiera auxiliar al joven, quien falleció camino al hospital, mientras su cómplice se dio a la fuga.
Una vez en el nosocomio, se averiguó que el fallecido se trataba de Juan Ángel Guzmán Leite, de 18 años, domiciliado también en Capiatá. A pesar de su corta edad, Guzmán Leite ya tenía frondosos antecedentes por hurto, robo a mano armada, entre otros, según la ficha policial.
El policía indicó que tiene miedo a represalias. “Tengo miedo por mi familia, porque seguro que viven cerca de mi casa, ellos andan en grupo”, expresó preocupado el hombre.
El jefe de la Comisaría 8va. Elvio Florenciañez explicó que el uniformado quedó en la sede policial a disposición del Ministerio Público.
Florenciañez indicó que las imágenes del circuito cerrado de los locales comerciales de las inmediaciones del hecho, ya fueron solicitados para poder tener aún más respaldo de la versión del uniformado. “También se le practicó la prueba de alcotest (al policía), la cual dio negativo”, explicó.
Quedó en libertad, por ahora
El fiscal Hugo Pérez, de la Unidad 2 de Capiatá explicó las diligencias que realizó el Ministerio Público ante el caso de la muerte de un supuesto motochorro. El agente indicó que el policía declaró todo lo ocurrido y que por el momento, podrá seguir el curso de la investigación en libertad. “Él (Esteban Barbera) está sindicado por el homicidio de una persona, pero creemos que lo hizo bajo circunstancias especiales que se dieron. Como el riesgo de su vida, por ejemplo”, dijo.