04 mar. 2025

Crecida no acabó con las ganas de progresar de un estudiante

Alejandro Aquino sigue la carrera de Fisioterapia y Kinesiología; trabaja para pagar los gastos de la facultad. Su madre, Teodocia Calonga, dijo sentirse orgullosa de su hijo. Alejandro Aquino sigue la carrera de Fisioterapia y Kinesiología; trabaja para pagar los gastos de la facultad. Su madre, Teodocia Calonga, dijo sentirse orgullosa de su hijo.

“Mi sueño es abrir mi propio consultorio”, dijo con los ojos llenos de ilusión, Alejandro Aquino, uno de los más de 100.000 damnificados de Asunción. En medio de la miseria y la desazón que afecta a los barrios que fueron desplazados por la crecida, el joven de 23 años está dispuesto a progresar.

Sentado en un sillón de cable, Alejandro lee su gran libro de Anatomía. “El martes tengo un examen muy difícil”, manifestó. El joven está en el tercer año de Fisioterapia y Kinesiología, en una universidad privada. Su meta es conseguir la licenciatura. Durante todo el día trabaja en jardinería y estudia por las noches.

Él y su familia tuvieron que abandonar su hogar ubicado en la Chacarita, levantaron una precaria vivienda en la Plaza de Armas, frente al Congreso. Alejandro comenzó a trabajar a los doce años, vendía ensalada de frutas frente a la institución en la cual culminó el bachillerato. Como su carrera es cara, tuvo que buscar otro empleo para solventar los gastos.

“En la Chacarita muchos jóvenes queremos salir adelante y nos ganamos la vida de forma honrada”, manifestó. Añadió que su objetivo principal es comprar una casa para su familia, donde las aguas no los obligue nuevamente a mudarse.

Orgullo de la familia

Teodocia Calonga, mamá de Alejandro, expresó que se siente orgullosa de su hijo. “Ale se queda estudiando a la madrugada, es muy responsable”, dijo la mujer. Lamentó no poder ayudar económicamente a su hijo, porque con la despensa que abrió cubre solo los gastos básicos.